Hay un momento en la vida en el que te das cuenta de algo brutal:
Estás tú… y tú.
Ni tus padres.
Ni tu pareja.
Ni tus hijos.
Ni tu terapeuta favorito de Instagram.
Ni Dios bajando en una nube de incienso.
Solo tú.
Frente al espejo.
Con todas tus decisiones.
Lo curioso es que ese momento suele llegar después de haberlo probado todo:
Cambiar de ciudad. De pareja. De trabajo.
Buscar fuera lo que solo puede sanar dentro.
Y entonces… te rompe.
Te sacude el alma.
Y empiezas a entender.
Empiezas a verte.
Porque ya no puedes seguir culpando al pasado, ni esperando que alguien venga con las respuestas.
Y en ese abismo silencioso, aparece una chispa.
Un clic.
Una comprensión que no viene del pensamiento, sino de la experiencia:
La vida no tiene sentido. Se lo das tú.
Y ese sentido no se encuentra corriendo, produciendo ni demostrando nada.
Está en cómo respiras.
En cómo tratas tu cuerpo.
En la paz que hay cuando dejas de luchar con lo que eres.
No es fácil.
Pero es real.
Y te devuelve algo que no se compra: libertad interior.
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👉 Si estás en ese punto de quiebre, donde sabes que ya no puedes seguir igual, este espacio es para ti.
Aquí hablamos de verdad vivida.
De volver a ti.
De reconstruir desde la raíz lo que el mundo rompió.
Y no con teorías.
Con práctica. Con respiración. Con energía.
Con conciencia.
– Magus
(Más roto que iluminado… pero en paz)
